Autor: Yván Alexander Mendívez Espinoza
Doctor en Comunicación Social
Confusión que inexorablemente a seguido calando en un mercado cada vez más informado, pero al mismo tiempo menos informado, me refiero a que las comunicaciones hoy en día son abundantes pero una gran parte de ella son nada eficaces. El diseño tal vez sin culpa original ingresó al paquete de las disciplinas poco o nada comprendidas y por lo tanto absolutamente nada respetadas, pues lo que no está claro no refleja un entendimiento y lo que no se entiende como ya hemos experimentado miles de veces se desecha, triste realidad, no hay un esfuerzo siquiera mínimo por saber y conocer lo que significa el Diseño gráfico como herramienta comunicacional, hay una distorsión grande que se da entre algunos prejuicios: teoricismo, creativismo y tecnicismo.
Nada es bueno en extremo y frente a la propuesta del teoricismo, deberíamos rescatar que todo fundamento académico es bueno y muy constructivo si se sabe entregar como “base” de la aplicación de la misma en un papel, que de inicio representaría el primer esbozo del diseño propiamente dicho, sin embargo esto es una discusión muy encasillada entre lo que significa la enseñanza universitaria y la enseñanza técnica, más teoría para universitarios que para técnicos de la misma línea? Esa es la propuesta? No lo creo, no se trata de dosis, se trata de objetivos claros, el objetivo de todo diseño es llegar a transmitir, comunicar de manera eficaz, por tanto, requiere pensar, aunque a los prácticos les disguste. La comunicación se piensa, se elabora, se diseña.

La interpretación de datos antes de iniciar un trabajo de diseño, el curiosamente llamado desbriefing, no es más que la actividad racional que le permita al hemisferio izquierdo analizar en un briefing lo necesario para que sirva de apoyo en la resolución gráfica del diseño, la capacidad creativa es lo que en un primer instante lleva al hemisferio derecho a elaborar un nuevo documento aún textual –contrabriefing-, inspiración para empezar el brainstorming y el trabajo creativo del diseño. Pero cómo dejar toda opción en manos simplemente de la creatividad, eso no es lo justo, ahora vemos ambos hemisferios son muy necesarios.
En una época tan globalizada en la que hasta las tendencias en moda han ingresado a su seno el término tecnosexual, referido a aquel hombre que atrae al “mercado” por su cuasi obligado uso de tecnología de bajo calibre pero de fuerte posicionamiento arrastra también a la madre de su concepción, el tecnicismo. El diseño defendido por los tecnicistas busca imponer el manejo de simplemente paquetes gráficos informáticos de diseño, que definitivamente son la mejor herramienta para plasmar y reproducir la comunicación en serie pero que tomada a raja tabla consideraría el empirismo como factor principal frente al fundamento, tampoco creo sea así, reitero nada en extremo es bueno.
Si tomo les tres párrafos anteriores y los califico como ingredientes para preparar un bufette llamado diseño, mezclaría lo necesario, desecharía lo que sobra, daría el tiempo necesario de cocción hasta llegar después de un proceso supervisado a un buen resultado, producto de la interacción entre teoricismo, creativismo y tecnicismo. No son términos aislados, más bien son principios constructores de una disciplina que vale la pena estudiar, el diseño para comunicar. No es utópico, no es irreal, es un deseo inmenso de comunicar eficazmente en un espacio social tan intenso y paupérrimamente tan mal acostumbrado.
A diseñar se ha dicho, para comunicar cada vez mejor.